27 Abr

Animalia Libertaria. Crónica de un mercadillo donde late la solidaridad con los animales

Bajo un cielo que nos amenazaba con lluvia y un viento que acariciaba la pancarta del mercadillo, el Sindicato CNT-AIT de Madrid se transformó el pasado domingo 13 de abril en un refugio de conciencia y empatía. Animalia Libertaria, el mercadillo solidario en apoyo a protectoras, santuarios y colonias felinas, reunió a decenas de almas comprometidas con una causa común: desafiar el especismo y tejer redes de cuidado hacia los animales.

Un mosaico de puestos con alma

Desde las primeras horas de la mañana, los puestecitos artesanales desplegaron su encanto. Pulseras, calendarios, minicactus, llaveros, fanzines ¡y hasta un monopatín! Cada objeto contaba una historia de respeto. Por ejemplo, las bandejas de colores para comida, cuya voluntaria explicaba con paciencia como esas donaciones ayudaban a esterilizar y alimentar a los gatos callejeros. «No son mascotas, ni plagas: son vecinos», insistían desde Almas Felinas, una cuidadora, mientras mostraba fotos de felinos atendidos.

Sabores que no dejan huella

El aroma de la tarta de chocolate y lotus, la empanada o los bocadillos de mortadela vegana, guiaban a los visitantes desde la entrada hacia la sala del evento, demostrando que la cocina sin crueldad puede ser un festín. En una pared, el logo del anarcoveganismo resumía el espíritu: «Si tu plato no le quita la libertad a nadie, esto también es anarquismo».

Palabras que transforman

El mercadillo no fue solo compraventa en beneficio de las asociaciones con grandes deudas veterinarias, sino un espacio pedagógico. Un rincón donde charlar, encontrarse con otras activistas, compartir fechas de próximos eventos o manifestaciones. También explicar a los nuevos y nuevas del movimiento antiespecista, el destino de los animales en granjas industriales o la importancia de adoptar en lugar de comprar. «¿Por qué a algunos animales se les protege y a otros se les come?». Preguntas, incómodas y necesarias, que deben resonar en más personas.

Tejiendo redes, rompiendo prejuicios

Entre perros adoptados que paseaban con sus adoptantes, se respiraba esperanza. Los Perros Negros, santuario de animales en Toledo, resumía el sentir: «Aquí no vendemos lástima, sino dignidad. Cada donación es un voto por un mundo donde los animales no sean recursos, sino seres con derechos».

Al caer la tarde, mientras se desmontaban los puestos, quedaba claro que Animalia Libertaria había logrado su cometido: ser semilla de un cambio que no solo recauda fondos, sino que siembra y aporta agua a la semilla del mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones.

Otro modo de coexistir es posible. Y necesario.

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Animalia Libertaria